En odontología muchos de nuestros pacientes tienen verdadero pánico al dentista . Nada más pensar en sentarse en el sillón y abrir la boca, se les acelera el pulso y sienten que no son capaces de soportar ni una simple revisión. Estos pacientes lo pasan realmente mal y este miedo hace que muchas veces su boca sufra un estado de dejadez importante. Ellos saben que están mal, pero sentarse en el sillón del dentista les supera. Mientras no duele, van aguantando hasta que un día aparece un dolor insoportable y acuden medio avergonzados medio temerosos por la actuación que vayan a necesitar. Lo más importante para revertir esta situación y poder acudir al dentista sin pasar tres noches en vela, es la confianza en el profesional. No todos los pacientes son iguales y no todos los profesionales somos iguales. Hay pacientes que no tienen problema en tratarse con un profesional u otro, pero hay pacientes que necesitan esa confianza plena en la persona que les trata. Mi...